2 de abril: Día del
veterano y los caídos en la guerra de Malvinas
Hoy
se cumplen 29 años del desembarco y la ocupación argentina en las Islas
Malvinas, que desencadenaron la guerra homónima. Tal plan fue concebido como un
medio para unificar las Fuerzas Armadas y ganar legitimidad ante los fuertes
cuestionamientos de la sociedad, de parte de un gobierno militar crecientemente
resistido. El 14 de junio de 1982, 74 días después de iniciado el conflicto,
Argentina firmó la rendición a una guerra que dejó como triste saldo 700
muertos o desaparecidos y cerca de 1300 heridos. La derrota selló la suerte de
un régimen militar atroz, que fue capaz de las más crueles violaciones a los
derechos humanos.
Las
Islas Malvinas evocan en los argentinos sentimientos encontrados. Al orgullo de
la soberanía herida se nos impone la desoladora imagen de los compatriotas, jóvenes
en su inmensa mayoría, que dieron su vida en aquellas tierras. En quienes
sobrevivieron debemos honrar su enorme sacrificio y valentía, y la memoria de
aquellos que no regresaron. Alentamos la recuperación de las tierras por la vía
diplomática y pacífica pero, por sobre todas las cosas, reivindicamos, en este
día, el profundo valor de la vida.
Sirva
esta poesía de Jorge Luis Borges como homenaje.
Milonga
del Muerto
(Jorge
Luis Borges)
Lo he
soñado en esta casa
entre paredes y puertas.
Dios les permite a los hombres
soñar cosas que son ciertas.
Lo he
soñado mar afuera
en unas islas glaciales.
Que nos digan lo demás
la tumba y los hospitales.
Una de tantas provincias
del interior fue su tierra.
(No conviene que se sepa
que muere gente en la guerra).
Lo sacaron del cuartel,
le pusieron en las manos
las armas y lo mandaron
a morir con sus hermanos.
Se obró con suma prudencia,
se habló de un modo prolijo.
Les entregaron a un tiempo
el rifle y el crucifijo.
Oyó las vanas arengas
de los vanos generales.
Vio lo que nunca había visto,
la sangre en los arenales.
Oyó vivas y oyó mueras,
oyó el clamor de la gente.
Él sólo quería saber
si era o si no era valiente.
Lo supo en aquel momento
en que le entraba la herida.
Se dijo No tuve miedo
Cuando lo dejó la vida.
Su muerte fue una secreta
victoria. Nadie se asombre
de que me dé envidia y pena
el destino de aquel hombre.
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