A nivel nacional
Importante distinción para dos investigadores de la UNL
Se trata de Carlos Querini, Ingeniero Químico galardonado con el premio Jorge Sábato, y Diego Milone, Bioingeniero que recibió el premio Houssay. Los galardones forman parte de la Distinción Investigador/a de la Nación.
Dos investigadores de la Universidad
Nacional del Litoral (UNL) fueron reconocidos con la Distinción Investigador/a
de la Nación Argentina, un galardón que premia las contribuciones de los
investigadores en la producción de nuevos conocimientos, el impacto social y
productivo de las innovaciones tecnológicas y en la formación de recursos
humanos.
A través de una resolución publicada en el Boletín Oficial se conoció que
Carlos Querini, doctor en Ingeniería Química, Investigador Principal del
Conicet y docente en la Facultad de Ingeniería Química (FIQ), ganó el premio
Jorge Sábato, una distinción especial para los investigadores que cuenten con
un historial sobresaliente en transferencias y desarrollos tecnológicos con
impacto económico-productivo en sectores críticos para el desarrollo del país.
En tanto, el Dr. Diego Milone, Investigador Independiente del Conicet y docente
en la Facultad de Ingeniería en Ciencias Hídricas (FICH), recibió el premio
Houssay, por su sostenida producción científica y su significativa actividad de
transferencia tecnológica de alto impacto hacia el sector productivo
especialmente en el área de la salud.
Sorprendido por esta buena nueva, Querini se mostró asombrado de que se haya
reconocido una disciplina como la suya, que en general no tiene tanto impacto
en el público masivo. “La verdad es que no esperaba que se elija a alguien del
área de ingeniería de procesos, así que el premio fue una verdadera sorpresa”,
dijo. En igual sentido se pronunció Milone, para quien el premio representa una
gran responsabilidad. “Este premio le da mucha visibilidad a la institución y
al grupo, ese es el componente que encuentro más importante”, dijo.
Dos historias con
varios puntos en común
Aunque provienen de disciplinas diferentes, la trayectoria de Carlos Querini y
Diego Milone tiene muchos puntos en común.
Carlos
Querini desarrolló la mayor parte de su carrera en la FIQ. Salvo un paso por
Estados Unidos en la década del 90, donde realizó un doctorado en la
laboratorio de la empresa petrolera Exxon, sus investigaciones se llevan
adelante en el Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica
(INCAPE), donde está a cargo de un equipo que, entre otros temas desarrollados
para empresas, participó en el nacimiento de la industria de biodiesel en
Argentina. “En mi grupo trabajamos en el desarrollo de tecnología, habiendo
colaborado en la exportación de plantas, diseñando plantas chicas,
modificando y mejorando plantas de gran capacidad, colaborando en la formación
de técnicos de gran cantidad de empresas, desarrollando métodos analíticos, y
en general, cubriendo todos los aspectos de una industria que en Argentina
nació hace quince años, que hoy exporta por 1.500 millones de dólares y está
sustituyendo el 10% del gasoil que se consume en el país”.
Con muchos tesinistas, becarios, doctores y científicos formados en su laboratorio, Querini valora el acercamiento entre la universidad y la empresa que se dio en los últimos años es muy positivo. “Es muy importante que los estudiantes participan en los grupos de investigación, que vean lo que se puede hacer dentro de una facultad, porque cuando esa persona se esté desempeñando en su actividad profesional fuera de la universidad, sabrá que puede volver para buscar soluciones a los desafíos que se le presenten”.
Diego Milone realizó
un camino similar a Querini. Egresado de la Universidad Nacional de Entre Ríos
(UNER), en 1999 partió a España a realizar un doctorado en la Universidad de
Granada. Allí se especializó en reconocimiento automático del habla, una de las
líneas de investigación a partir de la que se creó el Centro de Investigación
en Señales, Sistemas e Inteligencia Computacional (sinc(i)) de la Facultad de
Ingeniería y Ciencias Hídricas de la UNL.
Ganador del Sadosky de Oro 2012, un premio otorgado por la Fundación Sadosky y
la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos de Argentina (Cessi)
en reconocimiento al mejor trabajo de investigación colaborativo
industria-academia, Milone dijo que su principal interés es la investigación.
“Me motivan los problemas más abstractos, no tan dependientes de un caso real
sino el desarrollo de algoritmos o metodologías que luego sean aplicables a una
amplia gama de problemas de diversas áreas”.
En la actualidad trabaja sobre diferentes líneas de investigación dentro de las
dos ramas principales del sinc(i), la inteligencia artificial y procesamiento
de señales, en donde tiene varios frentes abiertos.
Con respecto al premio Houssay, además de destacar la responsabilidad que
implica haber recibido esta distinción, Milone remarcó el rol social que tiene
que cumplir la investigación y destacó la importancia que tiene hacer ciencia
básica. “No hay que descuidar la esencia de la investigación, que a lo mejor da
resultados en diez o veinte años, pero que también se vuelca a la sociedad. A
veces estamos un poco apurados por tener desarrollos tecnológicos a corto plazo
pero hay que tener cuidado que eso no reste a las investigaciones de fondo, que
pueden tener un impacto mucho mayor”, concluyó.
Sobre el premio
Organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, la
Distinción Investigador/a de la Nación Argentina es un reconocimiento que
otorga el Poder Ejecutivo Nacional e incluye tres tipos de galardones: el
Premio Houssay que se entrega en cuatro áreas a investigadores menores de 45
años, uno de los cuales ganó Milone, el Premio Houssay Trayectoria, que se
otorga también en cuatro diferentes disciplinas, y un premio Jorge
Sábato, que ganó Querini. Entre los galardonados con el premio
Houssay Trayectoria se designará al Investigador del Año de la Nación
Argentina, durante la ceremonia de entrega de premios en noviembre próximo.