Buen día para todos

Ha llegado el tiempo de la despedida y hoy les robo un poco de su tiempo para dejarles , mi saludo y mi agradecimiento en unas breves palabras.
Esta Facultad ha sido mi segunda casa por 46 intensos años donde ejercí mi cargo docente con la libertad, el respeto y la confianza con los que todos me honraron.
Ser profesor/ra fue un desafío maravilloso, porque entiendo que esta vocación necesita entrega y compromiso para cumplir la misión de potenciar la excelencia en nuestros alumnos . Representa un rol más constructivo que el de un mero instructor.
Me voy con los mejores recuerdos de la comunidad educativa de la FBCB. He sido una privilegiada porque me dediqué a trabajar de lo que amo.
Aprovecho esta oportunidad para pedir disculpas por errores cometidos y objetivos no cumplidos, pero créanme que he dedicado mi vida a cumplir mi rol con seriedad, convencida de que nuestra tarea docente es la base donde se construyen a los profesionales futuros.
Agradezco a todos, docentes, no docentes, estudiantes, graduados, al Consejo Directivo y a las autoridades de esta Facultad por los años compartidos.
Para despedirme quiero dejar una reflexión final, a modo de propuesta, antes de abandonar estos pasillos y comenzar otro capítulo en mi vida.
Si queremos cambiar el mundo, hagamos de cada pequeña obligación diaria algo motivador que nos invite a terminar el día satisfechos del deber cumplido. El poder más grande está dentro de nosotros mismos, si cada uno cumple con sus metas con ética y fidelidad.
A los estudiantes, les advierto que nada es fácil pero que aun así no claudiquen, que cada vez que las cosas no salgan, arremetan con más fuerza, porque aprender a lidiar con los fracasos y perseverar, es la clave para hacerse imbatibles y exitosos. No se conformen con que su meta sea sólo su título, busquen la excelencia, marquen la diferencia, no vuelvan la cara cuando algo no está bien, cultiven su persona, comprometanse como profesionales, con las necesidades de la sociedad y siempre busquen la felicidad en el ejercicio de su profesión.
Fortalezcan su voluntad, sean honestos, incorruptibles porque al final del camino las personas se valoran por su humanidad, su honor y no por su títulos o posesiones.
Si queremos cambiar el mundo, no dejemos obligaciones inconclusas, ayudemos a quienes nos rodean, respetemos a todas las personas y asumir que tendremos fracasos, pero si tomamos los riesgos y nos levantamos en momentos difíciles, sirvamos de ejemplo para las generaciones venideras crezcan inmersas en una mejor educación.

Un beso y hasta siempre.

M.Cristina Lurá

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