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            Día Internacional 
             Mujeres y niñas en ciencia: muchos caminos por recorrer
             /El 11 de febrero se conmemora el Día Internacional de la  
Mujer y la Niña en la Ciencia con el fin de fomentar el acceso y  
participación más equitativa. Un dato que ilustra la inequidad en el  
sistema científico-tecnológico mundial es que sólo el 3% de los  
premios Nobel en ciencias han sido otorgados a mujeres. Las brechas de  
género reducen las posibilidades de innovación y de nuevas miradas en  
ciencia./
             El Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia  
fue establecido en 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas  
con el fin de fomentar el acceso y la participación equitativa y plena  
de las mujeres y niñas en la ciencia. ¿Por qué surge como necesario  
instituir una conmemoración? Un dato que ilustra la inequidad en el  
sistema científico-tecnológico mundial es que sólo el 3% de los  
premios Nobel en ciencias han sido otorgados a mujeres desde su  
primera entrega en 1901, aunque es cierto que en los últimos años el  
número de mujeres premiadas tiende a crecer.
             Otros datos que contextualizan las desigualdades es que,  
de acuerdo con UNESCO, en el mundo las mujeres representan solo el 35%  
de quienes cursan estudios de enseñanza superior en STEM (por sus  
siglas en inglés es el acrónimo de los términos Science, Technology,  
Engineering and Mathematics), es decir, en ciencia, tecnología,  
ingeniería y matemáticas. Además, las mujeres representan menos del  
30% de los investigadores científicos, por lo que las brechas de  
género reducen las posibilidades de innovación y de nuevas  
perspectivas para abordar los desafíos actuales y futuros.
             América Latina y el Caribe es una de las dos regiones que  
han alcanzado la paridad en la proporción de hombres y mujeres  
investigadores (aquí el 45% del total de investigadores son mujeres).  
Sin embargo, ellas aún se encuentran subrepresentadas en los niveles  
más altos de las carreras profesionales y continúan siendo una minoría  
en muchos campos de las STEM, en casi todos los países de la región  
(Fuente: ONU Mujeres[1]). Asia Central, con 48,2% representa la otra  
región del mundo que ha conseguido la paridad de género en  
investigadores.
             RELATOS DE LA DESIGUALDAD
             “A veces cuando era pequeña soñaba con ser un hombre, y  
realizaba muchas aventuras. ¿Por qué? Debido a que quería hacer cosas  
que los hombres podían hacer y las mujeres no. Como ir a África y  
vivir con animales. Eso era lo que siempre había soñado”, expresa Jane  
Goodall, primatóloga, en un documental [2]sobre su vida producido por  
la National Geographic.
             Agostina Mileo, en “Que la ciencia te acompañe (a luchar  
por tus derechos)” hace referencia a un capítulo de la serie “Los  
Simpson” en el que Lisa compra la versión parlante de Stacy Malibú, su  
muñeca favorita y simula una asamblea general de Naciones Unidas con  
el resto de sus muñecas “¡Cómo me gusta ir de compras!”, dice Mileo  
que dijo Malibú. “Con la cara arrugada por la angustia, Lisa la  
levantó “Por favor, /baby/, esperé toda mi vida para oírte hablar, ¿no  
tenés algo importante que decir?”. “No me preguntes, solo soy una  
chica”, contestó la muñeca rubia, en uno de los /gags/ más famosos de  
la serie”, comenta Mileo.
             Estos testimonios provenientes de la ficción y de la  
realidad dan cuenta de una situación injusta, de desigualdad de  
género, cuestión que persiste cuando se trata del universo de la  
ciencia y la tecnología. En este marco, y en el día de la Mujer y la  
Niña en la Ciencia se dialogó con mujeres científicas de la UNL y con  
sus hijas para que den cuenta de la importancia de transmitir un legado.
             HABILITAR LA PALABRA 
             “Quiero que mis hijas hagan lo que las hace feliz, que  
sigan su vocación”, sostuvo Ana Paula García, quien es licenciada en  
Ciencias Biológicas (UBA) y Doctora por la Universidad Complutense de  
Madrid. Es investigadora en el Instituto de Salud y Ambiente del  
Litoral (ISAL-UNL-CONICET),  donde estudia los efectos de la  
alteración del sueño sobre el control central de la ingesta y búsqueda  
de alimento del pez cebra y el rol de las orexinas.
             “Lo más importante es lograr que las niñas desde  
la infancia, tanto en la escuela como en el hogar valoren su palabra,  
es decir, que sepan que su pensamiento es igual de válido que el de  
cualquier otra persona y, al mismo tiempo, que las mujeres puedan  
alzar su voz y expresar lo que sienten y piensan”, destaca García. 
             “Me gustaría cuando sea grande ser jugadora de fútbol,  
cantante, científica y /youtuber/”, dijo Fiorella[3] (7), hija de Ana  
Paula García y hermana gemela de Hana[4], quien también sostuvo  
que desea “ser científica como mi mamá, ir al laboratorio en la Ciudad  
Universitaria porque en su escritorio tiene muchos papeles”. Ambas  
nombran a Ana Paula, su mamá, cuando se les pide que mencionen una  
científica: “Mi mamá estudia cómo dormir ayuda a los cerebros a  
mantenerse vivos”, expresó Fiorella y Hana indicó que “la ciencia es  
una aventura hermosa hacia lo desconocido”.
              LEGADO UNL
             ¿Cuál es el rol de las mujeres en la ciencia? Andrea  
Racca, egresada UNL y docente-investigadora UNL-CONICET sostiene: “La  
reparación histórica está en curso, pero falta mucho camino por  
recorrer todavía” y agrega: “Cuando comencé mi carrera universitaria  
ya era marcado mi deseo de estudiar, de hacer preguntas permanentes  
sobre lo que sucede, situación que me movilizó a buscar espacios donde  
uno pueda desarrollar esa pasión y en la universidad pública encontré  
un ámbito que me brindó muchas herramientas para el desarrollo de mi  
vida profesional y, al mismo tiempo, personal”.
             Lucía (12), hija de Andrea, si bien no tiene decidido a  
qué se quiere dedicar en el futuro, sabe que le encanta la matemática  
y las ciencias naturales: “Me gustaría trabajar en ciencia, a lo mejor  
ser bioquímica como mi mamá”, expresa.  A lo cual Andrea responde: “Si  
a ella le gusta y lo desea, entonces: sí. Ante todo debe ser una  
pasión”.
             “A lo largo de la historia, culturalmente a la mujer se  
le han asignado roles relacionados al cuidado de las personas,  
vinculados a tareas domésticas, desde niñas entreteniéndose con juegos  
establecidos para ellas; situación que ha naturalizado que los hombres  
realicen otras tareas, ocupaciones y tienden a acceder a lugares de  
mayor jerarquía en la ciencia y en otros ámbitos de la vida social”,  
concluye Racca. 
Descarga de fotografías: Andrea Racca, investigadora UNL-CONICET,  
junto a su hija Lucía.
https://www.unl.edu.ar/noticias/news/download/97668
 
              
              
Vínculos:
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[1]  
https://lac.unwomen.org/es/stories/noticia/2022/02/necesitamos-mas-mujere...
[2] 
https://www.youtube.com/watch?v=Hc6kK168SM8
[3]  
https://www.unl.edu.ar/noticias/img/news/63237/CamScanner%2008-02-2024%20...
[4]  
https://www.unl.edu.ar/noticias/img/news/63237/CamScanner%2008-02-2024%20...
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