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Producción
Destacan la importancia de la gestión ambiental en los tambos
*La conciencia sobre el ambiente en los sistemas lecheros es un factor
diferenciador y estratégico. El productor agropecuario enfrenta desafíos
para cubrir los requerimientos exigidos por los consumidores y mercados,
según indicaron desde la UNL.*
Existe un cambio conceptual en el campo de la gestión de la empresa
agropecuaria, evolucionando hacia un proceso de mejora continua. En
consecuencia, surge el concepto de Sistema de Gestión Ambiental (SGA) en la
producción primaria de alimentos, que tiene por finalidad establecer pautas
de cuidado del medio ambiente sin perder la sustentabilidad productiva,
según explicó Olga Badino, del Departamento de Producción Animal de la
Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la Universidad Nacional del Litoral
(UNL).
“La preocupación por los temas ambientales está cambiando los campos
profesionales. La problemática ambiental se está incorporando de manera
creciente y la mirada sistémica debe imperar en cada análisis de los
factores de riesgo ambiental de las actividades productivas, consolidando
la conciencia ambiental, dando respuestas claras y prácticas al sector
productivo”, manifestó Badino.
*El valor de los residuos*
Uno de los principales problemas asociados a la intensificación de los
sistemas de producción de leche es el incremento de la cantidad de
residuos, compuestos mayormente por las heces y la orina de los animales.
Se trata de material sólido y líquido que puede impactar en la calidad del
agua, tanto superficial como subterránea, en el suelo y en el aire. “Además
es importante considerar las enfermedades transmitidas (zoonosis) y el
impacto por los restos de productos utilizados para la salud animal e
higiene de las instalaciones, que pueden afectar la salud humana y animal
como resultado de su manejo inadecuado. En consecuencia, se afecta la
sustentabilidad del sistema productivo en su conjunto”, indicó.
Badino agregó que los productores generalmente son conscientes de los
problemas que derivan del manejo inadecuado del estiércol y purines. Sin
embargo, muchas veces no lo son sobre la calidad de esos residuos, de los
procesos adecuados para su tratamiento, disposición y opciones tecnológicas
para el manejo de los nutrientes que contienen. “La utilización racional
del estiércol puede valorizarse resultando una fuente de recursos que si se
manejan adecuadamente, poseen una cantidad importante de ventajas, entre
las que se pueden listar la provisión de macro y micro nutrientes; el
mejoramiento de la estructura del suelo, dado que incrementa la cantidad de
materia orgánica; la mejora de la capacidad de absorción y retención de
agua en el suelo, disminución de la compactación, escurrimiento y erosión y
la disminución de la contaminación de cuerpos de agua por vertidos no
controlados”, enumeró.
“Los Ingenieros Agrónomos son profesionales claves en el tema, en el
asesoramiento al productor respecto a la reutilización y valoración de los
residuos ganaderos, materiales valiosos, muchas veces subestimados”, agregó
la especialista.
*Evaluación*
Por otra parte, Badino manifestó que para hacer un tratamiento adecuado de
los residuos se debe evaluar el impacto de diferentes estrategias que
tiendan a mejorar el manejo y la gestión de los líquidos y sólidos, conocer
lo que se realiza actualmente en los establecimientos y analizar la
posibilidad de mejorar un sistema.
“Para tomar decisiones a escala de predio es necesario obtener información
sobre los tipos, cantidad de residuos y su composición, sistemas de
tratamiento y almacenamiento existentes y posibilidades técnicas de
reutilización. Cada tambo tiene un manejo particular. En principio, lo
importante es disminuir la generación y para ello existen estrategias
simples y prácticas de carácter operativo, donde la capacitación y
concientización del personal es muy importante”, continuó.
Según su óptica, el aprovechamiento de purines o de estiércol requiere una
utilización responsable, lo cual significa analizar su contenido de
nutrientes y otros elementos; conocer la disponibilidad rápida de esos
nutrientes, situación que estará vinculada a su velocidad de mineralización
en el suelo una vez aplicados; estimar las necesidades reales de los
cultivos y, para no aplicar en exceso, cuál sería la provisión de
nutrientes por parte del suelo, entre otros aspectos técnicos y económicos.
“Por último, cabe mencionar que en Argentina existen diferentes normativas
generales que se aplican por carencia de normas específicas a las
actividades mencionadas, por ello resulta importante trabajar en este
aspecto”, culminó Badino.
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