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Ofidiofauna
Santafesinos suman dos nuevas serpientes al inventario argentino
*Una musurana o falsa boa negra y una rara coral fueron incluidas por
investigadores de la UNL a la lista nacional de ofidios. Ahora son 137 las
especies y subespecies autóctonas.*
Investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) sumaron dos
nuevas especies al inventario de serpientes. Se trata de Pseudoboa nigra,
que se sospechaba que podía estar en la Argentina, pero de la que no se
tenían ejemplares de referencia, y Micrurus silviae, hallada en Corrientes
y de la cual hay muy pocos ejemplares. Con estos registros son 137 las
especies y subespecies citadas para la ofidiofauna argentina.
Los registros fueron realizados por el equipo de Alejandro Giraudo, del
Instituto Nacional de Limnología (INALI-CONICET-UNL) en colaboración con
investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y el Museo
Argentino de Ciencias Naturales (MACN), aunque ya en la década del 70 el
investigador norteamericano Joseph Bailey había mencionado que la Pseudoboa
nigra podía existir en el país. Sin embargo, no daba precisiones sobre
dónde podía habitar ni citaba ejemplares de referencia de algún museo.
El género Pseudoboa comprende seis especies de serpientes que se
distribuyen en gran parte de América del Sur, oeste de Panamá, y en las
islas Tobago y Granada, pero existían dudas sobre su existencia en la
Argentina: “Con el ejemplar que encontramos confirmamos que está presente
en el país. Posiblemente, haya poblaciones de estas serpientes en una gran
parte de la región chaqueña”, acotó.
*Pseudoboinos*
El equipo de Giraudo se dedica desde hace varios años a relevar las
serpientes que existen en el país. Una de las maneras de hacerlo es
mediante campañas de registro, la forma en que encontraron el ejemplar de
Pseudoboa. “Se encontró esta especie en enero de 2014, en el Impenetrable
chaqueño, cerca de Fuerte Esperanza”, recordó.
Se trata de culebras que llegan a medir 1,50 metros, que no son peligrosas
para el hombre y que pertenecen al grupo de los denominados Pseudoboinos.
“Son muy interesantes porque varios Pseudoboinos comen otras serpientes,
incluso las venenosas, cumpliendo una importante función como controladores
naturales, además de ser inmunes a sus mordidas. Es posible que estudiando
esa inmunidad se puedan encontrar mecanismos para prevenir o tratar
accidentes ofídicos”, aseveró.
Otros de sus rasgos es la disposición de dientes posteriores con canales
conectados a pequeñas glándulas con un veneno, que es generalmente poco
tóxico para los seres humanos, pero letal para sus presas. “Los venenos de
las serpientes han sido importantes modelos para el desarrollo de
medicamentos. Un ejemplo es el de la Yarará, cuyo estudio permitió diseñar
fármacos para bajar la presión arterial”, sostuvo.
En cuanto a alimentos, las musuranas prefieren comer otras serpientes,
lagartos o mamíferos pequeños. “La gente del campo cree que las musuranas
son las serpientes que se prenden de las ubres de las vacas. También se
dice que son las que maman de las mujeres dormidas y le ponen la cola en la
boca al niño. Sin embargo, son animales que no pueden mamar como los
mamíferos porque no poseen la musculatura para hacerlo”, detalló.
*Otra Coral en Corrientes y en Argentina*
Giraudo informó además que sumaron una rara especie de serpiente de coral a
la lista de ofidios argentinos. Se trata de Micrurus silviae, que afuera
del país ya había sido inventariada en 2007. “Fue en Brasil, a unos 300 km
del límite con Argentina. Luego hicimos campañas en Corrientes, sobre todo
cerca del río Uruguay, y encontramos dos en la localidad de Santo Tomé,
frente a uno de los puentes internacionales”, manifestó.
“Es una especie en peligro de extinción, porque de 300 ejemplares que
revisamos en la región que habita sólo había 20 de esta especie de coral.
Además de ser raras, sus poblaciones fueron muy afectadas por la represa de
Yaciretá y ahora lo será por la de Garabí, que inundará parte de la zona
donde las encontramos por primera vez en Argentina”, lamentó.
La coral hallada se diferencia de otras por la disposición y la cantidad de
anillos que decoran su piel. “En algún momento había dos especies de coral
citadas para Argentina, pero hoy ya tenemos siete. Son parecidas entre sí,
por lo cual eran confundidas, pero a medida que vamos hallando ejemplares,
nos vamos dando cuenta de que hay algunas que no fueron descriptas”,
continuó.
Agregó también que el hallazgo es importante porque son serpientes
peligrosas para el hombre y para tratar su envenenamiento hay que producir
sueros antiofídicos específicos.
“Conocer las serpientes, su bioecología y distribución, nos ayuda a idear
acciones de conservación para evitar que sean exterminadas o para evaluar
dónde se deben distribuir los sueros antiofídicos, en el caso de las
serpientes venenosas. La biodiversidad es un patrimonio nacional que
debemos cuidar. Tener bien inventariada la flora y la fauna posibilita que
un país conozca sus recursos, significa oportunidades de conservación de un
patrimonio esencial para la supervivencia de las generaciones futuras”,
finalizó Giraudo.
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