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Por la creciente
Brindan recomendaciones ante la aparición de yararás
*Desde la UNL explicaron por qué con los altos niveles del río también son
más visibles algunos ofidios. En el caso de encontrarse con algún ejemplar,
aconsejaron evitar todo tipo de interacción.*
Con la llegada de la creciente, muchas veces también llegan las noticias de
“invasiones” de ofidios en zonas donde normalmente no se detectan.
Especialistas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) explicaron por
qué suceden estos fenómenos y qué hacer ante el hallazgo de algún ejemplar.
“Los ofidios no llegan a estos lugares donde se están encontrando, sino que
forman parte de poblaciones estables, incluso sabemos de yararás que viven
en la costanera de Santa Fe. En otoño, primavera y veranos las vemos mucho.
Sin embargo, cuando crece el río o la laguna, estas poblaciones se ven
desplazadas de sus refugios naturales y se hacen más evidentes. No se trata
de invasiones, sino que los ofidios se vuelven más notorios, porque las
áreas que ocupan se reducen por la llegada del agua”, indicó Gisela
Bellini, del Laboratorio de Herpetología del Instituto Nacional de
Limnología (Inali).
Según detalló, en nuestra zona pueden hallarse especies como la yarará
grande, que es la más abundante, aunque también pueden encontrarse algunos
ejemplares de yarará chica. También es común ver algunas culebras, como las
ojos de gato, pero que no son tan venenosas como las yararás. “Además, hay
culebras acuáticas que pueden llegar a ser agresivas, pero que no son
venenosas, como la ñacaniná y la falsa coral de esteros, que suelen causar
temor, pero que son inofensivas”, observó.
Bellini contó que en invierno los ofidios regulan sus temperaturas
corporales por medio del calor del sol. “Por ello es que suele vérselas
enroscadas tomando sol en los terraplenes de la costanera de Santa Fe, por
ejemplo. En julio del año pasado, caminando por la zona, encontramos tres
yararás, un indicio de que forman parte de una población estable. Ellas se
alimentan de los roedores que abundan allí”, aseguró.
*Recomendaciones*
Al mismo tiempo, la especialista brindó algunas recomendaciones en caso de
encontrar yararás: “Son víboras venenosas, por lo cual hay que acudir a un
médico lo más rápido posible, porque hay que aplicar suero antiofídico. Sin
embargo, no significa que una persona mordida corra riesgo de vida
inmediatamente”, aclaró.
“Si uno se encuentra con una yarará asoleándose, algo que en Santa Fe es
bastante común, no hay que interactuar con ella. La gente tiende a
matarlas, lo cual es más peligroso que evitarlas, porque los animales
tienden a defenderse y atacar. Si uno no les hace nada, es probable que
ellas tampoco”, informó.
Bellini dijo además que las personas que realizan labores en zonas donde
podrían tener contacto con yararás deben calzar botas o polainas de cuero.
“El 70 por ciento de las mordeduras de yarará ocurren desde la rodilla
hacia abajo. También es bueno usar guantes de cuero, más que nada cuando
haya que remover palos o escombros. Además, hay que evitar transitar por
zonas con pastos altos, ya que allí son menos visibles. Asimismo, es
preciso no generar depósitos de basura donde podría haber roedores, que son
el alimento de las yararás”, sostuvo.
“En caso de ser mordido hay que trasladarse urgente a un centro de
asistencia médica. No usar torniquetes, ni aplicar cortes, que podrían
producir hemorragias porque las yararás aplican un veneno anticoagulante”,
manifestó.
Por último, Bellini destacó el rol que tienen estos animales en el
ecosistema al regular la población de roedores: “Las ratas son vectores de
muchas enfermedades para los humanos, un problema más relevante que el de
las mordeduras de serpientes, que registran un bajo índice”, finalizó.
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