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Monitoreo
“En general, los fiscales tienen una mirada optimista acerca del
funcionamiento del nuevo proceso penal”
*Se presentaron las conclusiones del segundo informe del Observatorio sobre
la Reforma de la Justicia Penal de la UNL. El documento refleja las
opiniones de los fiscales del centro y norte de la Provincia de Santa Fe*
*.*
El Observatorio sobre la Reforma de la Justicia Penal, de la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS) de la Universidad Nacional del Litoral
(UNL), presentó hoy su segundo informe denominado “La reforma de la
justicia penal. Las voces de los fiscales”, producto de una de las líneas
de trabajo que el Observatorio se dio desde su conformación en septiembre
de 2014.
Este segundo documento se realizó en base a entrevistas semiestructuradas
abarcando a todos los fiscales del centro y el norte de la Provincia de
Santa Fe (de las ciudades de Reconquista, Vera, San Cristóbal, San Jorge,
Rafaela y Santa Fe), -con la excepción de un fiscal de la ciudad de Santa
Fe que se negó a participar del estudio. Además, según introduce el
Informe, se entrevistó también a dos de los tres fiscales regionales, a
quienes se les aplicó un cuestionario modificado.
A partir del diseño de un cuestionario sobre el proceso de implementación
de la reforma de la Justicia Renal, la conformación del Ministerio Público
de la Acusación, las prácticas cotidianas de los fiscales y los obstáculos
que enfrentan así como sobre percepciones y valoraciones más generales
acerca de la cuestión criminal, el informe presenta los principales datos
empíricos producidos de acuerdo a las voces de los fiscales, rescatando,
simultáneamente, sus consensos y disensos.
En la presentación, Albor Cantard, rector de la UNL, insistió en recordar
que “una de las deficiencias que tienen estos sistemas en América Latina es
justamente la falta de información y, como consecuencia de ello, la falta
de diagnósticos y la imposibilidad de plantearse mejora”. Cantard remarcó
que según lo que expresa el informe “vemos algunos números que nos obligan
a comprometernos en esta tarea como Universidad nacional, ya que el 86% de
los entrevistados son egresados de universidades públicas, y de ese
porcentaje el 81% se graduó en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
de la UNL”.
*Principales conclusiones*
En el acto de presentación, Máximo Sozzo, director del Observatorio,
destacó que “entre los fiscales existe una mirada, en general, optimista
acerca del funcionamiento del nuevo proceso penal. Esto no quiere decir que
no se reconozcan obstáculos, como la escasez de recursos humanos y
materiales; la falta de un órgano de investigación propio del Ministerio
Público de la Acusación y los defectos de personal policial que hoy se
desarrolla en tareas de investigación; y la supervivencia de prácticas
judiciales propias de la vieja justicia penal. Lo interesante es que, de
estos tres inconvenientes rescatados por los fiscales, dos de ellos eran
también señalados por los defensores públicos en el primer informe
realizado. Entonces vemos ahí un diagnóstico bastante coincidente en el
marco de una mirada que es optimista”.
*Fiscales*
Sozzo explicó que en el caso de las entrevistas con los fiscales, se
introdujeron nuevas preguntas para evaluar la realización de las grandes
promesas de la reforma. Como primera promesa evaluada surge la de crear una
Justicia Penal más eficaz y eficiente, la cual “es valorada por los
fiscales de un modo bastante crítico. Hay básicamente tres posiciones: una
muy optimista, que cree que esta promesa se está realizando efectivamente;
hay una posición poco menos optimista que dice que sí se está realizando
pero con dificultades; y hay una tercera, que ocupa la mitad de los
entrevistados, que dice que esa promesa no está ocurriendo”.
Según el informe, las otras promesas fundamentales de la reforma son
valoradas mucho más positivamente. En primer lugar, los fiscales creen que
efectivamente se está logrando reforzar la transparencia en el
funcionamiento de la Justicia Penal. En segundo lugar, consideran que hay
un indudable mayor respeto a las garantías penales y procesales del
imputado. Y en tercer lugar, que se está generando una participación más
activa y efectiva de la víctima. Esas tres promesas del proceso de reforma
son consideradas en general en forma más positiva y optimista, y de manera
bastante homogénea en las distintas regiones.
“Lo que hay que pensar también aquí es una clara desvinculación del proceso
de reforma a la producción de mayores niveles de seguridad. Es un tema
sobre el cual es preciso trabajar más, teniendo en cuenta las formas
culturales que los actores de la justicia penal producen. En las
entrevistas, hubo algunos fiscales que consideraron que hay una promesa de
esta reforma de la Justicia Penal que es la de reducir el delito. Y
realmente, no sé bien de dónde sale porque no forma parte del *ethos*
básico del proceso de reforma. Las justicias penales reformadas no reducen
el delito, aun cuando estén bien reformadas. Nunca lo hicieron, en ningún
lado, por lo tanto no hay ninguna necesidad de que le pongamos la vara tan
alta al proceso de reforma”, concluyó Máximo Sozzo.
Descarga
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http://www.fcjs.unl.edu.ar/pages/investigacion/observatorio-sobre-la-refo...
de los informes realizados por el Observatorio.
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