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Divulgación
Envejecimiento prematuro, el mal de los presidentes
*Muchas personas que sufren estrés diario muestran signos de un
envejecimiento acelerado para su edad. La ciencia asocia esta patología con
un desbalance molecular provocado por el estrés oxidativo. Dieta y vida
sana, las claves para detener este proceso.*
El presidente Barak Obama, la noche en que estrenaba el cargo, señaló la
cabellera blanca del actor Morgan Freeman y dijo que así iba a quedar él en
cuatro años. Con ese gesto hacía referencia a una condición que está bien
documentada en Washington y es el envejecimiento prematuro que sufren
quienes ocupan el Salón Oval.
De las muchas causas posibles (dieta, estilo de vida, herencia genética,
exposición a contaminantes y altos niveles de estrés), una de las más
estudiadas por la ciencia es el proceso denominado estrés oxidativo.
“A medida que uno va envejeciendo, todos los mecanismos se van
deteriorando, incluso los mecanismos de control que tiene el organismo. El
estrés oxidativo es consecuencia de una falla en esos mecanismos de control
que se produce cuando las sustancias oxidantes aumentan y el organismo no
es capaz de producir suficientes antioxidantes para contrarrestar su
efecto”, explica Fernanda Simoniello, investigadora y docente en la cátedra
de Toxicología, Farmacología y Bioquímica Legal en la Facultad de
Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la Universidad Nacional del
Litoral (UNL).
Si bien el estrés oxidativo es un proceso natural que se produce por el
propio paso del tiempo, Simoniello indica que hay factores exógenos que lo
pueden acelerar. “Como muchas otras situaciones que ocurren en la vejez, el
balance entre estas sustancias oxidantes y antioxidantes se puede ir
deteriorando con el tiempo. Pero hay muchos factores que lo pueden
modificar, fundamentalmente el estilo de vida que lleva una persona”. La
investigadora agregó que si el equilibrio no se restablece, además de
envejecimiento, a largo plazo, se pueden producir patologías más graves,
como Parkinson, Alzheimer o cáncer.
A punto de estrenar nuevo mandatario en Argentina, los dos candidatos al
balotaje están a tiempo de tomar medidas para frenar un mal que sufren los
presidentes y muchas otras personas que ocupan cargos con alto nivel de
estrés.
*Estrés, canas y telómeros*
Para entender la relación entre el estrés y el envejecimiento prematuro
basta con observar una foto de cualquier mandatario antes de asumir el
poder y compararla con otra al momento de salir. El resultado, en la
mayoría de los casos, es similar: abundantes canas, piel más delgada,
arrugada y con manchas, y en algunos casos, caída de cabello por la
degeneración de los folículos pilosos.
A pesar de la cantidad de evidencia empírica, la ciencia recién comenzó a
entender este fenómeno a mediados de 1950, cuando el investigador
norteamericano Denham Harman, de la Universidad de Nebraska, desarrolló la
teoría del envejecimiento por radicales libres (FRTA por sus siglas en
ingles) en la que sostenía que el envejecimiento se produce porque estas
moléculas altamente inestables se acumulan en la célula provocando daño
oxidativo a proteínas, ADN y lípidos. En la misma década, en 1954 la
doctora Rebeca Gerschman, de Argentina, fue la primera en sugerir que las
especies reactivas de oxígeno se comportaban como agentes tóxicos y
posibles generadores de patologías.
Con el tiempo, las ideas de Harman y Gerschman se aplicaron para comprender
las enfermedades relacionadas a la edad y el deterioro del organismo. “La
mayor cantidad de trabajos sobre los efectos del estrés oxidativo está
vinculada con el cáncer”, dijo Simoniello. “Es una enfermedad muy compleja,
con muchos factores que la desencadenan, entre ellos un desequilibrio a
nivel oxidativo”.
En los últimos años aparecieron varias investigaciones que analizan a nivel
molecular el vínculo entre el agotamiento psicológico producido por el
exceso de estrés en el trabajo, y el envejecimiento prematuro. Estos
estudios demostraron que los telómeros, que son complejos de proteínas que
están en el final de la cadena de ADN de los cromosomas, sirven como
marcadores biológicos y permiten determinar la edad de las células. “El
acortamiento de telómeros es diferente en personas añosas, obesas y
fumadores. Con ese dato se hicieron varios estudios que vinculan la
longitud de los telómeros y su funcionamiento con el estrés y se llegó a la
conclusión de que a mayor estrés más cortos son los telómeros”.
*El secreto está en la dieta*
A medida que se fue haciendo más conocido el efecto del estrés oxidativo en
el organismo, creció el interés por los antioxidantes. “Uno de los campos
donde más se avanzó fue en la nutrición porque la dieta es una de las
mayores fuentes de antioxidantes exógenos, a través del consumo de frutas y
verduras”, explica Simoniello. “Para poder manejar los riesgos del estrés
oxidativo deberíamos estar consumiendo cinco porciones de frutas y verduras
por día, cuando muchos estudios indican que estamos en una o dos porciones
diarias”.
La investigadora destaca que para que el efecto de los antioxidantes sea
notorio, debe ser sostenido en el tiempo. “Una investigación comparada
realizada con personas de 65 a 102 años de la zona del Mediterráneo, que
consumen las porciones de frutas y verduras recomendadas durante toda su
vida, con otras que nunca consumieron más de una porción de frutas y
vegetales al día, mostró que las diferencias son muy importantes y las
patologías que se desencadenan a edad avanzada por falta de antioxidantes
son muchas”.
El mate también tiene propiedades antioxidantes y colabora en los procesos
de reparación del ADN. Simoniello trabajó analizando estas propiedades de
la yerba mate, y dijo que en Uruguray se están analizando otras vías de
señalización que también podrían categorizar a la *Ilex paraguariensis* (el
nombre científico de la yerba) como un brebaje que colabora con los
mecanismos de reparación del ADN aunque si se consume a elevada temperatura
podría generar efectos negativos en la salud. Actualmente, Simoniello se
encuentra inmersa en otro proyecto junto a investigadores de la Facultad de
Farmacia y Bioquímica de la UBA donde estudian hierbas con propiedades
medicinales como la rúcula y el cedrón.
“Cuanto hay que trabajar en educación, en cambio de hábitos y en estilos
de vida saludable, sobre todo en los chicos”, destaca la investigadora.
Con la solución al alcance de la mano, el próximo presidente de Argentina
puede comenzar hoy con su plan de sumar antioxidantes a la dieta para
combatir el envejecimiento prematuro. Si no funciona, pueden imitar a Obama
quien usa el color de su cada vez más blanca cabellera como una fuente
inagotable de chistes sobre su gestión.
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