[UNL] Insecticidas con bacterias santafesinas
by Prensa UNL
Biopesticidas
Insecticidas con bacterias santafesinas
Investigadores de la UNL buscan en la provincia de Santa Fe cepas con capacidad para combatir plagas de los cultivos. Las que fueron aisladas en la localidad de Cululú arrojaron muy buenos resultados.
Investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) trabajan en generar una colección de bacterias autóctonas de la provincia de Santa Fe con propiedades insecticidas. El objetivo es usarlas para crear biopesticidas para aplicar a los cultivos y para contrarrestar la resistencia que adquieren los insectos. Hasta ahora dieron muy buenos resultados las cepas aisladas en la localidad de Cululú.
Leopoldo Palma, investigador del CONICET y que se desempeña en el área de Sanidad Vegetal de la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la UNL, trabaja en el aislamiento, identificación y caracterización de bacterias de la especie Bacillus thuringiensis o Bt, muy conocida por sus cualidades insecticidas. “Esa propiedad se debe a que son capaces de producir algunas proteína que tienen una alta actividad tóxica muy específica contra algunos insectos. Es por eso que se pueden usar como biopesticidas o bioinsecticidas no tóxicos para el resto de los insectos beneficiosos, ni para el ser humano ni los animales”, sostuvo.
De este modo, Palma, dentro de las actividades propuestas en su proyecto de investigación, se dedicó a tomar muestras de suelo de diferentes zonas de la provincia de Santa Fe. La idea es conformar un cepario de bacterias que permita identificar aquellas que sean aptas por sus propiedades insecticidas, para utilizarlas en el diseño de nuevos biopesticidas o la construcción de plantas transgénicas resistentes a los insectos plaga.
“La variabilidad genética de estas bacterias suele ser bastante amplia, por lo cual son capaces de producir un gran número de proteínas tóxicas para los insectos con distintas especificidades. Pueden actuar contra lepidópteros, coleópteros, otras plagas de los cultivos y mosquitos vectores de enfermedades. La idea es aislar nuestras cepas tratando de encontrar especificidades desconocidas hasta la fecha, porque serían un recurso autóctono de gran valor para nuestro país”, resumió.
Comenzaron la toma de muestras en Esperanza y luego continuaron en toda la zona. La idea es llegar a tomarlas de diversos puntos del país. De esta manera, aumentarán las posibilidades de encontrar más variabilidad genética. Hasta el momento aislaron 12 cepas tipo Bt, entre las cuales se destacan las de la localidad de Cululú, que provocó en laboratorio una mortalidad del 80 por ciento en larvas de Spodoptera cosmioides. “Hay que probar con más especies, pero al menos ya vimos que contra ésta funciona bien”, por lo que la posibilidad de que sea activa contra algunas especies relacionadas es bastante amplia, contó.
Cristales tóxicos
La patogenicidad de Bt contra algunos insectos se debe a la presencia de toxinas proteicas. “Una vez que ingieren una hoja contaminada por el bioinsecticida (o de una planta transgénica), las proteínas insecticidas se activan en el intestino del insecto y producen el efecto tóxico dañando el epitelio intestinal. Posteriormente la larva sufre parálisis intestinal, resulta incapaz de alimentarse y muere de inanición. Adicionalmente, las esporas de la bacteria pueden germinar y contribuir a la mortalidad por septicemia. Bt es una bacteria que puede producir cristales proteicos tóxicos generados durante la fase de esproulación ante condiciones adversas del medio ambiente. Son esos cristales y esporas los que se utilizan como la materia activa en formulados bioinsecticidas Bt (por ejemplo, DiPel, Crymax, XenTari). Por otro lado, en los años 80 se comenzaron a utilizar los genes de las proteínas tóxicas para producir plantas transgénicas”, continuó.
De acuerdo con Palma, hasta el momento saben que la bacteria funciona bien contra S. cosmioides, pero es posible que sea útil para actuar contra otros insectos nocivos.
“Lo interesante de estas bacterias es que son multigénicas a nivel insecticida. En los genomas que hemos estado secuenciando y en los que estan publicados en las revistas científicas, se observa que pueden poseer un número variable de genes insecticidas y de distinto tipo”, continuó.
Resistencia
Según manifestó el investigador, que mantiene colaboraciones con la Universidad Pública de Navarra y la Cardiff University en Reino Unido, la exploración de recursos biológicos para la producción de nuevos formulados deviene de la tolerancia o resistencia que generan los insectos contra los biopesticidas más utilizados. “Hay bibliografía que demuestra que los insecticidas que se han estado utilizando desde aproximadamente unos 40 años ya están generando resistencia en algunas especies. Por eso es que buscamos soluciones y alternativas. Es un problema que requiere atención inmediata”, afirmó.
Palma aseguró que ni el insecticida ni las plantas tratadas genéticamente son nocivas para la fauna acuícola, los mamíferos o para el ser humano. “La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos aprobó la bacteria hace mucho tiempo para la producción de formulados. Por la especificidad que tienen sus componentes bioinsecticidas no producen ningún efecto negativo y son biodegradables”, apuntó.
El próximo paso es continuar con la recolección de muestras hasta lograr un mínimo de 100 aislamientos y conformar un pequeño cepario. Luego identificarán contra qué insectos son nocivas. Finalmente, determinarán el genoma de los aislados para deducir dónde residen sus propiedades insecticidas.
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9 años
[UNL] Ciencia | ¿Un kilo realmente pesa un kilo?
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Física
¿Un kilo realmente pesa un kilo?
*El hecho de que las verdulerías estén todas en la Tierra provoca que
confundamos el peso de cosas como las manzanas con su masa. Un investigador
de la UNL cuenta la historia y los detalles que esconde una unidad de
medida naturalizada.*
Raúl Urteaga, investigador de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y
del CONICET, explica de qué hablamos cuando nos referimos al kilo, por qué
no todo pesa igual en diferentes lugares y cómo fue la historia de su
convención como unidad de medida.
Urteaga indicó que en lo cotidiano el concepto de “kilo” se usa
indistintamente para dos cosas que en realidad son muy diferentes en
Física: “Por un lado, se lo usa para expresar una masa o cantidad de
materia, y por el otro, para indicar una fuerza. Concretamente, se le llama
'kilo' tanto a lo que entendemos tiene que ser una determinada cantidad de
bizcochos o de manzanas (la masa), como así también a la fuerza que hacen
estas cosas sobre una balanza (el peso). Esto a primera vista parece que
son exactamente la misma cosa, y cualquiera con sentido común me diría: ¡un
kilo de manzanas, puesto arriba de una balanza, pesa un kilo!”.
Sin embargo, según el físico, si vamos a una verdulería y compramos un kilo
de manzanas, el verdulero mide la fuerza que hacen las manzanas sobre la
balanza, es decir, el peso. “Esta fuerza es debida a la atracción
gravitatoria entre las manzanas y el planeta Tierra. Ahora bien, esa fuerza
no será la misma si la balanza la ponemos, por ejemplo, en la Luna. Esto
es, si el verdulero atiende en la Luna y pone sobre la balanza la misma
cantidad de manzanas que antes, entonces veremos que la fuerza que hacen
las manzanas sobre la balanza disminuyó y, por lo tanto, la medida que
arroja la balanza es mucho menor (unos 160 gramos). Esto significa que en
la Luna necesitamos poner unos 6 kilos de manzanas para que la balanza
marque lo mismo que un kilo pesado en la Tierra. En cualquier caso, sabemos
que un kilo de manzanas son como mínimo unas cuatro manzanas, no importa en
qué planeta las vendan. A esto lo denominamos 'masa'”.
*Verdulerías terrestres*
Urteaga, que trabaja en el Laboratorio de Optofluídica del grupo de Física
de Semiconductores del Instituto de Física del Litoral (IFIS-CONICET-UNL),
contó que otra cosa muy distinta de la masa es lo que marca la balanza,
esto es, el peso de las manzanas, una medida de fuerza. “Estas cosas se
confunden en lo cotidiano porque las verdulerías están todas en la Tierra y
ahí el peso guarda siempre la misma relación con la masa, así que con una
calibración adecuada la medida del peso da el mismo valor que la masa y un
kilo-fuerza es exactamente el peso de un kilo de manzanas. Sin embargo,
cabe mencionar que esta fuerza puede variar ligeramente con la posición en
la Tierra. Debido a que la Tierra gira, existe una pequeña fuerza
centrífuga que varía con la latitud en la que se mide. De esta manera, una
persona de 80 kilos pesa unos 50 gramos menos en el ecuador que en el polo.
Por otro lado, también existe una variación con la altura, aunque todavía
menos importante, y por ese motivo en la punta del Everest la misma persona
pesa unos 0,15 gramos menos que al nivel del mar”, destacó.
En cualquier caso, aclaró, no todas las balanzas miden una fuerza como lo
hace la balanza de la panadería. “Las balanzas de platillos (la que
sostiene la mujer vendada que representa la justicia) en realidad funciona
comparando el peso de dos masas. Al comparar dos masas que experimentan la
misma atracción gravitatoria nos independizamos de su valor particular en
ese sitio y este tipo de balanza puede usarse con tranquilidad para medir
un kilo de manzanas en la luna comparando su peso con una masa de
referencia”.
*Una masa con historia*
Pero todo tiene una historia y la de cómo se llegó a usar el kilo como
unidad de medida como la conocemos hoy comienza en el siglo XIX. En este
sentido, Urteaga expresó que históricamente la masa de referencia se tomó
como la masa de un cubo de un centímetro de lado de agua. A esta cantidad
se la denominó gramo y mil de estos cubos forman el kilogramo. “De esta
manera un litro de agua (un cubo de 10cm de lado) era inicialmente la
definición de un kilogramo. Con el tiempo, esta definición no resultó lo
suficientemente precisa y en 1889 se decidió construir un pequeño cilindro
de una aleación especial, ya que contenía 90% de platino y 10% de iridio,
de unas dimensiones tales que su masa sea lo más parecida posible a un
litro de agua. Desde ese momento se considera que la masa de ese cilindro
es la definición del kilogramo, se transformó en el kilogramo patrón para
todo el mundo y está guardado dentro de una doble campana de vidrio en la
Oficina Internacional de Pesas y Medidas, en Sèvres, Francia. A este
cilindro se lo denomina el Kilogramo Prototipo Internacional (KPI)”.
“Existen copias muy precisas del KPI que son utilizadas por diferentes
países como patrones nacionales del kilogramo. La aleación elegida para el
kilogramo patrón responde a características bastante notables de este
material. Está compuesto de metales nobles, llamados así porque no se
oxidan, de gran resistencia a la abrasión y de una densidad altísima: ¡un
litro de este material pesa más de 21 kilos! Esto permite fabricar un
cilindro muy pequeño (39.17 milímetros de alto y diámetro) de forma tal que
su superficie es mínima. Esas cualidades le confieren al cilindro una
estabilidad en el tiempo formidable”, detalló.
*Un kilo que cambia*
Cada 40 años se realiza una convención donde se reúnen todos los kilogramos
patrón del mundo y se comparan con el KPI. “El peso de estas copias ha
resultado ser muy estable en comparación con el KPI, ya que en más de 120
años las diferencias encontradas son del orden de los 50 microgramos. Esto
significa una diferencia de una parte en 20 millones. A pesar de que estas
diferencias son muy pequeñas existe una gran cantidad de trabajo de
investigación para entender de dónde provienen y como achicarlas aún más.
Por otro lado, cabe aclarar que esta estabilidad es una medida relativa
entre el KPI y sus copias, por lo que existe la posibilidad de que hayan
aumentado o disminuido de peso todas juntas, KPI incluido. No existe una
referencia a alguna masa invariable de la naturaleza con la cual pueda
compararse”, afirmó Urteaga.
En este sentido, remarcó que en el actual Sistema Internacional de Unidades
(SI), el kilogramo es el único del cual se conserva un patrón de
referencia, ya que otras unidades como el metro y el segundo son definidas
a partir de experimentos que pueden realizarse en un laboratorio sin la
necesidad de contar con un elemento patrón. “En ese caso las unidades se
definen utilizando propiedades que son constantes naturales, como la
velocidad de la luz o la frecuencia de oscilación del decaimiento de un
átomo particular. De esta manera, las definiciones quedan exentas de
variaciones con el tiempo. Esta forma de definir una unidad es muy
conveniente para realizar medidas que pueden compararse con gran precisión
en distintas parte del mundo en cualquier momento. En el caso del kilogramo
se han realizado varias propuestas para evitar tener un patrón material,
aunque hasta el momento no se ha igualado la estabilidad demostrada por el
KPI”, enfatizó.
“Una de las propuestas fue contar literalmente átomos hasta sumar la
cantidad de un kilogramo, pero si bien es conceptualmente sencilla, no ha
podido realizarse con la precisión necesaria. Por otro lado, una propuesta
que es considerada actualmente como la más adecuada para reemplazar el kilo
patrón, es la que se conoce como la balanza de Watts. La idea es construir
una balanza que mide una fuerza (el peso) utilizando patrones eléctricos
que presentan una gran estabilidad. Como dijimos, el peso depende del valor
de la atracción gravitatoria en el sitio donde se mide. Para independizarse
de este hecho en la balanza de Watts se propone medir el valor de la
aceleración que adquiere un pequeño objeto en caída libre. Esto equivale a
medir la atracción gravitatoria en el lugar donde cae el objeto. Si bien
este tipo de medidas presenta una estabilidad de tres partes en cien
millones, la balanza es muy compleja y de difícil implementación. Si bien
hay mucha investigación y desarrollo tecnológico detrás de la
implementación de una unidad de masa que no utilice un patrón material,
parece que el KPI seguirá siendo por mucho tiempo más el kilo de todos los
kilos”, finalizó Urteaga.
*Ilustración de referencia*
http://www.unl.edu.ar/noticias/news/download/15133
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9 años
[UNL] El Niño por sí solo no explica las crecidas extraordinarias del Paraná
by Prensa UNL
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Divulgación
El Niño por sí solo no explica las crecidas extraordinarias del Paraná
*Analizando más de un siglo de datos, investigadores de la UNL y el Conicet
descifran a los cómplices del fenómeno meteorológico conocido como “El
Niño” y destacan que son necesarias varias condiciones para generar los
eventos más extremos de este río.*
Llega el verano y se espera una intensa fase del fenómeno El Niño y para
quienes conviven con el río Paraná ya es conocida su asociación con un
aumento de altura y caudal. Sin embargo, al analizar más de un siglo de
datos, investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el
Conicet concluyeron que por sí solo no alcanza para explicar la ocurrencia
de las crecidas más extraordinarias.
Gracias a la aplicación de métodos matemáticos complejos lograron aislar y
cuantificar la responsabilidad de diferentes fenómenos climáticos en las
variaciones de altura del Paraná. “Lo que se observa son los cambios de
caudal y éstos son el resultado de múltiples factores, todos actuando al
mismo tiempo”, explicó Andrés Antico, docente e investigador de la FICH y
el Conicet.
Los resultados mostraron que El Niño tiene cómplices y que las crecidas más
extraordinarias ocurren cuando se alinean una variedad de eventos, como
ocurrió en 1983.
*No solo El Niño*
A la hora de señalar responsables del aumento de la altura del río, uno de
los implicados es bastante conocido: El Niño, que es el nombre que recibe
el fenómeno de aumento de temperatura de la zona ecuatorial del océano
Pacífico. Una compleja red de causas y consecuencias dan lugar a un ciclo
con un período típico de dos a siete años; éste es el tiempo promedio que
transcurre entre un episodio y el otro. “Las grandes crecidas históricas
del Paraná tienden a coincidir con fenómenos El Niño, pero esa no puede ser
toda la explicación”, señaló.
El análisis de los datos identificó otras cinco oscilaciones, por lo que en
total son seis las que construyen el caudal del río. Si se las clasifica de
acuerdo a su frecuencia, según el tiempo que les toma completar un ciclo,
algunas son rápidas y otras toman varios años y hasta décadas. Existe una
oscilación que se repite cada pocos meses, otra es anual. Luego aparecen
las interanuales entre las que se encuentra la responsable de El Niño y La
Niña; le siguen una con una frecuencia de nueve años, otra de 18 y,
finalmente, la más lenta que completa su ciclo cada 31 a 85 años. Esta
última corresponde a un proceso muy lento de aumento y descenso de la
temperatura que involucra toda la cuenca del océano Pacífico.
*Los lentos*
Si bien cada factor contribuye a que el río Paraná presente a cada momento
una altura dada, el trabajo de los investigadores de la UNL logró
cuantificar por primera vez el grado de participación que tuvo cada una de
estas oscilaciones en las crecidas más extraordinarias. Analizaron los
datos correspondientes a episodios ocurridos en 1905, 1983, 1992 y 1998, y
concluyeron que la coincidencia del fenómeno El Niño con “picos” de los
ciclos más lentos es más determinante que la ocurrencia de El Niño por sí
sola. En efecto, la oscilación que cumple un ciclo cada tres a ocho décadas
se encontraba en su pico tanto a principio de siglo XX como en sus últimas
décadas, cuando ocurrieron las crecidas más extremas.
También se tuvo en consideración la influencia del calentamiento global y
el cambio en el uso del suelo, “Pudimos ver que la fluctuación lenta tuvo
más influencia que el calentamiento global”, subrayó.
Según explicó Antico, si se observa solamente lo que ocurrió entre las
décadas de 1980 y 1990 se ve un escenario de fenómenos extremos y
frecuentes, lo que algunos plantearon como evidencia de efecto del
calentamiento global. “Pero llegó el siglo XXI, eso mermó y puede asociarse
a la fase negativa en la que se encuentra la oscilación más lenta”, contó.
Más lento implica más fácil de predecir por lo que asociar la posibilidad
de emergencia de fenómenos extremos con una oscilación lenta permitiría,
potencialmente, predecir el riesgo de que ocurran o no crecidas
extraordinarias. “Hay que continuar analizando esa posibilidad, pero las
perspectivas son prometedoras”, aclaró.
Estos resultados son producto de un trabajo interdisciplinar llevado
adelante por Andrés Antico junto con María Eugenia Torres de la Universidad
Nacional de Entre Ríos, la UNL y el CONICET, y Henry Díaz de la Universidad
de Colorado y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados
Unidos.
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*La peor crecida*
Qué sucedería si los picos de las diferentes oscilaciones coincidieran no
es algo que haya que imaginar, ya ocurrió en 1983. Esa fue la peor crecida
del río Paraná de la que se tengan registros, el caudal fue tres veces
mayor al promedio, ocasionó inundaciones por las que debieron evacuarse
200.000 personas y pérdidas por más de un mil millones de dólares. En aquel
momento ocurrió un fenómeno El Niño pero no fue particularmente intenso y,
a pesar de eso, la crecida marcó un record histórico. “Lo de 1983 fue
excepcional. Picos muy pronunciados de distintas oscilaciones ocurrieron al
mismo tiempo y se sumaron para formar la mayor crecida del siglo XX”,
señaló Antico.
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9 años
[UNL] Doradito Limón: una nueva especie se suma a la provincia
by Prensa UNL
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Biología
Doradito Limón: una nueva especie se suma a la provincia
*Pseudocolopteryx citreola es un ave que no se sabía que habitaba en Santa
Fe. Biólogos de la UNL la encontraron en una salida de avistaje en Rincón
Potrero. Su característica diferencial es su canto.*
Hasta hace unos años se pensaba que Pseudocolopteryx citreola y
Pseudocolopteryx flaviventris eran la misma especie de ave, comúnmente
conocida como Doradito común. Sin embargo, en 2009 se descubrió que eran
diferentes y que ambas se distinguen principalmente por su canto
<http://www.goear.com/listen/1503d85/doradito-limon-una-nueva-especie-se-s...>,
o vocalizaciones, como lo llaman los biólogos.
En la provincia de Santa Fe no se tuvo registros de la presencia de la
nueva especie hasta el año 2012, cuando biólogos de la Universidad Nacional
del Litoral (UNL) grabaron audios de Pseudocolopteryx citreola en un
ambiente de pajonal en Rincón Potrero, departamento La Capital. Se trata de
todo un hallazgo, teniendo en cuenta que se trata de un ave propia de
provincias como Chubut, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta y recientemente
vista en Buenos Aires y Entre Ríos, pero no en Santa Fe.
“El registro nos sirve para conocer aspectos como el de los patrones
migratorios, por ejemplo. En el caso del Doradito Limón, se postularon
distintas teorías para saber cómo se desplaza en períodos migratorios. Uno
de esos planteos indica que tiene una migración de oeste a este, porque
aparecieron datos en nuestra provincia, en Entre Ríos y en Buenos Aires.
Otras teorías expresan que esas migraciones son de sur a norte”, explicó
Leonardo Leiva, que conformó el equipo de la Facultad de Humanidades y
Ciencias (FHUC) que realizó el hallazgo.
*El canto, la diferencia*
En el marco de un relevamiento de aves en bosques el 21 y el 29 de
septiembre de 2012, el equipo de la UNL fue hasta Rincón Potrero. “No sabía
que existía esta especie de Doradito, no la conocía. Uno de los días del
relevamiento grabé el canto de uno, pero no lo reconocí. Cuando fui a
cotejar el audio, me di cuenta de que se trataba de otra especie”, continuó
Leiva, que trabajó junto a Patricia Bierig.
Ahora se sabe que en realidad son cinco las especies de Doradito que en
ocasiones se confunden: Pseudocolopteryx citreola, Pseudocolopteryx
flaviventris, Pseudocolopteryx acutipennis, Pseudocolopteryx sclateri y
Pseudocolopteryx dinellianus. “El color del pecho es amarillo, bien
característico. Hay varias de estas especies en las que sobresalen algunas
cualidades. Va variando el color del dorso o la presencia de copete, por
ejemplo. Sin embargo, hay especies que son muy parecidas y que sólo se
diferencian por el canto. Pseudocolopteryx citreola, a diferencia de
Pseudocolopteryx flaviventris, emite un sonido similar al de una rana y en
un tono bajo”, aseveró.
“En la provincia se cree que hay unas 450 especies de aves, lo que equivale
a poco menos del 50% de las que hay en la Argentina. Santa Fe es una
confluencia de ecorregiones: Pampa al sur, Delta e islas del Paraná en el
este, Espinal en el centro, un Chaco húmedo y uno seco al norte. Esto hace
que sea una provincia muy rica en cuanto a aves”, aseveró.
Según el trabajo de Leiva y Bierig, en la provincia de Santa Fe
Pseudocolopteryx citreola no fue citada anteriormente, pero debido a su
reciente esclarecimiento taxonómico y a los nuevos registros para el este
argentino, es de esperar que ya haya sido observada con anterioridad en la
región e identificada como Pseudocolopteryx flaviventris, especie
considerada residente para esta provincia. “Creemos que parte de la
bibliografía del este argentino referente a Pseudocolopteryx flaviventris
puede contener información perteneciente a Pseudocolopteryx citreola, por
lo que esto debe tenerse en cuenta al realizarse revisiones bibliográficas
y nuevos estudios que intenten dilucidar la fenología concernientes a
dichas especies en la provincia de Santa Fe y en sus respectivas áreas de
distribución”, finalizó Leiva.
*Imagen*
http://www.unl.edu.ar/noticias/news/download/14865
*Audio – Canto del Doradito Limón*
http://goo.gl/0Djn6A
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9 años, 1 mes
[UNL] “En estos 10 años, 300 personas estudiaron en el Programa Educación Universitaria en Prisiones de la UNL”
by Prensa UNL
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A través de UNLVirtual
“En estos 10 años, 300 personas estudiaron en el Programa Educación
Universitaria en Prisiones de la UNL”
*Máximo Sozzo, director del Programa, presentó un informe sobre las
actividades que viene desarrollando la Universidad desde 2004 en tres
unidades penitenciarias de la provincia de Santa Fe. *
En el Consejo Directivo de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
(FCJS), se presentó el informe “Programa de Educación Universitaria en
Prisiones: 10 años. Balances y desafíos”, que narra la historia de esta
experiencia de intervención y recoge las voces de los estudiantes que
cursan carreras a través de UNLVirtual desde la prisión.
Con el objetivo de celebrar los primeros 10 años de funcionamiento del
Programa Educación Universitaria en Prisiones (PEUP), impulsado por la
Universidad Nacional del Litoral (UNL) con apoyo del Gobierno de la
Provincia de Santa Fe, el encuentro contó con la presencia de Pablo
Cococcioni, Secretario de Asuntos Penitenciarios de la Provincia; Máximo
Sozzo, director del PEUP; y Miguel Irigoyen, vicerrector de la UNL.
A su vez, estuvieron presente estudiantes y graduados del Programa, quienes
emotivamente compartieron sus testimonios sobre la experiencia de formar
parte de esta propuesta, destacando la posibilidad de “ir a la Universidad”
en la cárcel. Los acompañaron también las coordinadoras de las carreras,
quienes por su parte presentaron un trabajo logrado a través de
entrevistas, que reflejaba la mirada de los estudiantes acerca de la
iniciativa en sí y de los problemas que surgen durante el cursado.
“Hoy estamos a 10 años del inicio del Programa Educación Universitaria en
Prisiones y es una sumatoria de esfuerzos de muchísima gente de diversas
extracciones y organismos. Queremos destacar el trabajo y la coordinación
con la UNL –que para el gobierno provincial siempre es un aliado
estratégico en la elaboración y la implementación de políticas públicas-;
pero fundamentalmente felicitar a los propios alumnos que toman la
decisión de estudiar en un contexto muy difícil, como lo es el encierro,
donde no siempre las opciones más a mano son las más constructivas para la
realización personal”, expresó Cococcioni.
Por su parte y desde la Universidad, el vicerrector reflexionó sobre “la
gran satisfacción que representa este trabajo, sobre todo porque se basa en
la idea de inclusión educativa que lleva adelante la UNL desde hace muchos
años. Sabemos que la libertad de ingreso a la universidad pública, haciendo
uso de un derecho constitucional como lo es la educación, no siempre está
garantizada. Es por esto que, desde esta casa de estudios, una interesante
respuesta a estas cuestiones ha sido la modalidad de educación a distancia:
poder llevar la educación a lugares y a gente que de otro modo jamás
hubiese podido estudiar por diferentes circunstancias”.
*Un balance luego de 10 años*
El Programa Educación Universitaria en Prisiones nace a fines de 2004, a
pedido de un grupo de personas privadas de la libertad que estudiaban en al
FCJS como alumnos libres, junto a algunos profesores que brindaban clases
de consulta en la prisión y que se preocupaban por las dificultades que en
ese entonces existían.
Ya en desde ese año, y con la posibilidad que brindaba UNLVirtual, comenzó
a trabajarse en la instalación de aulas con computadoras con acceso a
internet, en las unidades penitenciarias Nº 1 de Coronda, Nº 2 de Las
Flores y la Nº de Mujeres.
“Uno de los objetivos fundamentales del PEUP desde su nacimiento ha sido
habilitar la posibilidad de que las personas privadas de su libertad puedan
ejercer el derecho a la educación, en el terreno de la educación superior. Pero
además, poder crear un espacio de lucha -al interior de las prisiones-
contra la degradación que la prisión misma genera. El Programa siempre
partió de un punto de vista que considera que la cárcel es un espacio que
produce más mal que bien, constantemente dolor y sufrimiento, y que les
genera a quienes atraviesan la vida en la prisión una serie de problemas y
dificultades difíciles de llevar en lo cotidiano. Entonces, el aula de la
Universidad siempre se trató de construir como un lugar que busca defender
de estos efectos a las personas que allí asisten”, explicó Máximo Sozzo.
Finalmente concluyó que “a lo largo de todo este tiempo el Programa ha
logrado cosas, pero hay muchas otras que no se han alcanzado. Tenemos
todavía varias asignaturas pendientes, por ello en esta jornada queremos
celebrar estos 10 años, pero no queremos hacerlo desde una postura
autocomplaciente, sino con una mirada hacia el futuro que señale cuáles son
los problemas que tenemos que enfrentar”.
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9 años, 1 mes
[UNL] Producen en Santa Fe una vacuna antirrábica
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Novedosa y biosegura
Producen en Santa Fe una vacuna antirrábica
*Para prevenir la rabia en animales, científicos de la UNL generaron con
éxito un nuevo sistema de producción que evita la manipulación de virus “en
estado salvaje”. En 2016 apuntarán a la inmunización contra la hepatitis B.*
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que actualmente el virus
de la rabia afecta a aproximadamente 150 países, principalmente de Asia y
África. Para prevenirla se inmuniza a los animales con vacunas basadas en
virus inactivados, pero para su producción se emplea el virus activo,
proceso que puede aparejar riesgos a quienes las fabrican. Sin embargo,
investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) proponen un
proceso novedoso y considerado bioseguro.
A 130 años desde que Luis Pasteur usara por primera vez su vacuna contra la
rabia basada en virus inactivados, científicos santafesinos producen un
nuevo sistema de producción que además propone la optimización de los
costos para llegar más fácil al mercado. “Hicimos este tipo de vacunas VLP
(Virus Like Particles o Partículas Similares a Virus), pero también tenemos
pensado trabajar en otras para hepatitis B, que seguramente comenzaremos en
2016”, contó Claudio Prieto, del Laboratorio de Desarrollos Biotecnológicos
y del de Cultivos Celulares de la Facultad de Bioquímica y Ciencias
Biológicas (FBCB) de la UNL.
Los ensayos con animales de experimentación hasta el momento fueron
exitosos. “Ahora nos estamos enfocando en aumentar la escala de producción
para ver si podemos llegar a una escala piloto. Distintas pruebas en
diferentes laboratorios nacionales nos dieron que las respuestas son
protectivas. De esta manera, podemos decir que la vacuna protege y es
segura”, resaltó.
Prieto destacó que no existen vacunas similares para la rabia, aunque sí
para papiloma o para hepatitis B y C, para citar dos ejemplos. Sin embargo,
no son producidas en Argentina. De esta manera, el equipo busca establecer
una plataforma de producción de vacunas a base de VLP, agregar más
proyectos para otras patologías.
*Vacunas innovadoras y bioseguras*
Prieto destacó que las vacunas que producen en el laboratorio implican un
proceso que las hace innovadoras y bioseguras. VLP significa que generan
partículas similares a un virus mediante la producción de proteínas
recombinantes en cultivos de células animales: “Sería como un virus vacío,
que no posee genoma y que puede ser usado como inmunógeno, ya que puede ser
tomado por el sistema inmune y desencadenar una respuesta en el individuo
vacunado sin que exista una infección, como ocurre en los casos de virus
activos, que se encuentran en 'estado salvaje'”, detalló.
“Modificamos el genoma de la célula productora para que exprese en forma
constitutiva al menos uno de los antígenos del virus. De esa manera, se
generan partículas vacías que provocan una respuesta inmune, pero no
infectiva. No producen una enfermedad en el animal vacunado. Simulamos una
infección viral con las partículas. Aportamos al sistema inmune toda la
estructura para que dé lugar a la síntesis de los anticuerpos para una
posible infección a futuro”, continuó.
A la vez, al no manipular virus en ninguna fase del proceso de producción
el personal involucrado no entra en riesgo de sufrir infecciones si existe
un brote o un escape viral. Además, como no se generan virus no son
necesarios procesos de inactivación de las vacunas para ser inoculadas.
“Esto significa que son vacunas bioseguras”, afirmó.
Los procesos actuales de vacunas poseen el inconveniente de que comprenden
una infección de un cultivo de células o de ratones lactantes, lo que
supone un tiempo de caducidad. “Hay que infectar las células hasta obtener
la progenie viral hija. Es un proceso finito, que dura entre 10 y 15 días,
ya que una vez que la célula muere es imposible seguir produciendo vacunas.
Sin embargo, nuestro proceso de producción es prolongado en el tiempo, una
ventaja sobre el proceso habitual. Las células recombinantes que usamos
producen continuamente sin morir. De esta manera es que optimizamos la
producción y dura meses”, comparó.
Por otro lado, producir el antígeno de modo recombinante posibilita a los
científicos generar vacunas para dos virus o bacterias distintos. “Si bien
no es tan rápido llegar al producto final, este tipo de vacunas nos
propicia más desarrollos. La idea es que los laboratorios lleguen a
producir sin manipular patógenos en su estado salvaje”, finalizó.
El de Prieto es un laboratorio premiado que desarrolla y produce proteínas
recombinantes haciendo uso de la tecnología del cultivo de células
animales. Se dedican a la producción de biofármacos y de bioterapéuticos.
Desde hace unos años también iniciaron líneas de investigación relacionadas
con el desarrollo de vacunas con partículas similares a virus.
*Imágenes *
http://www.unl.edu.ar/medios/news/download/14720
http://www.unl.edu.ar/medios/news/download/14719
------------------------------
*UNIVERSIDAD NACIONAL DEL LITORAL*
Dirección de Comunicación Institucional
0342-4571110 Int. 186 / prensa(a)unl.edu.ar
[image: medios_pie]
9 años, 1 mes
[UNL] Producen en Santa Fe una vacuna antirrábica
by Prensa UNL
[image: medios_cabeza]
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Novedosa y biosegura
Producen en Santa Fe una vacuna antirrábica
*Para prevenir la rabia en animales, científicos de la UNL generaron con
éxito un nuevo sistema de producción que evita la manipulación de virus “en
estado salvaje”. En 2016 apuntarán a la inmunización contra la hepatitis B.*
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que actualmente el virus
de la rabia afecta a aproximadamente 150 países, principalmente de Asia y
África. Para prevenirla se inmuniza a los animales con vacunas basadas en
virus inactivados, pero para su producción se emplea el virus activo,
proceso que puede aparejar riesgos a quienes las fabrican. Sin embargo,
investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) proponen un
proceso novedoso y considerado bioseguro.
A 130 años desde que Luis Pasteur usara por primera vez su vacuna contra la
rabia basada en virus inactivados, científicos santafesinos producen un
nuevo sistema de producción que además propone la optimización de los
costos para llegar más fácil al mercado. “Hicimos este tipo de vacunas VLP
(Virus Like Particles o Partículas Similares a Virus), pero también tenemos
pensado trabajar en otras para hepatitis B, que seguramente comenzaremos en
2016”, contó Claudio Prieto, del Laboratorio de Desarrollos Biotecnológicos
y del de Cultivos Celulares de la Facultad de Bioquímica y Ciencias
Biológicas (FBCB) de la UNL.
Los ensayos con animales de experimentación hasta el momento fueron
exitosos. “Ahora nos estamos enfocando en aumentar la escala de producción
para ver si podemos llegar a una escala piloto. Distintas pruebas en
diferentes laboratorios nacionales nos dieron que las respuestas son
protectivas. De esta manera, podemos decir que la vacuna protege y es
segura”, resaltó.
Prieto destacó que no existen vacunas similares para la rabia, aunque sí
para papiloma o para hepatitis B y C, para citar dos ejemplos. Sin embargo,
no son producidas en Argentina. De esta manera, el equipo busca establecer
una plataforma de producción de vacunas a base de VLP, agregar más
proyectos para otras patologías.
*Vacunas innovadoras y bioseguras*
Prieto destacó que las vacunas que producen en el laboratorio implican un
proceso que las hace innovadoras y bioseguras. VLP significa que generan
partículas similares a un virus mediante la producción de proteínas
recombinantes en cultivos de células animales: “Sería como un virus vacío,
que no posee genoma y que puede ser usado como inmunógeno, ya que puede ser
tomado por el sistema inmune y desencadenar una respuesta en el individuo
vacunado sin que exista una infección, como ocurre en los casos de virus
activos, que se encuentran en 'estado salvaje'”, detalló.
“Modificamos el genoma de la célula productora para que exprese en forma
constitutiva al menos uno de los antígenos del virus. De esa manera, se
generan partículas vacías que provocan una respuesta inmune, pero no
infectiva. No producen una enfermedad en el animal vacunado. Simulamos una
infección viral con las partículas. Aportamos al sistema inmune toda la
estructura para que dé lugar a la síntesis de los anticuerpos para una
posible infección a futuro”, continuó.
A la vez, al no manipular virus en ninguna fase del proceso de producción
el personal involucrado no entra en riesgo de sufrir infecciones si existe
un brote o un escape viral. Además, como no se generan virus no son
necesarios procesos de inactivación de las vacunas para ser inoculadas.
“Esto significa que son vacunas bioseguras”, afirmó.
Los procesos actuales de vacunas poseen el inconveniente de que comprenden
una infección de un cultivo de células o de ratones lactantes, lo que
supone un tiempo de caducidad. “Hay que infectar las células hasta obtener
la progenie viral hija. Es un proceso finito, que dura entre 10 y 15 días,
ya que una vez que la célula muere es imposible seguir produciendo vacunas.
Sin embargo, nuestro proceso de producción es prolongado en el tiempo, una
ventaja sobre el proceso habitual. Las células recombinantes que usamos
producen continuamente sin morir. De esta manera es que optimizamos la
producción y dura meses”, comparó.
Por otro lado, producir el antígeno de modo recombinante posibilita a los
científicos generar vacunas para dos virus o bacterias distintos. “Si bien
no es tan rápido llegar al producto final, este tipo de vacunas nos
propicia más desarrollos. La idea es que los laboratorios lleguen a
producir sin manipular patógenos en su estado salvaje”, finalizó.
El de Prieto es un laboratorio premiado que desarrolla y produce proteínas
recombinantes haciendo uso de la tecnología del cultivo de células
animales. Se dedican a la producción de biofármacos y de bioterapéuticos.
Desde hace unos años también iniciaron líneas de investigación relacionadas
con el desarrollo de vacunas con partículas similares a virus.
*Imágenes *
http://www.unl.edu.ar/medios/news/download/14720
http://www.unl.edu.ar/medios/news/download/14719
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Dirección de Comunicación Institucional
0342-4571110 Int. 186 / prensa(a)unl.edu.ar
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