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Física
¿Un kilo realmente pesa un kilo?
*El hecho de que las verdulerías estén todas en la Tierra provoca que
confundamos el peso de cosas como las manzanas con su masa. Un investigador
de la UNL cuenta la historia y los detalles que esconde una unidad de
medida naturalizada.*
Raúl Urteaga, investigador de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y
del CONICET, explica de qué hablamos cuando nos referimos al kilo, por qué
no todo pesa igual en diferentes lugares y cómo fue la historia de su
convención como unidad de medida.
Urteaga indicó que en lo cotidiano el concepto de “kilo” se usa
indistintamente para dos cosas que en realidad son muy diferentes en
Física: “Por un lado, se lo usa para expresar una masa o cantidad de
materia, y por el otro, para indicar una fuerza. Concretamente, se le llama
'kilo' tanto a lo que entendemos tiene que ser una determinada cantidad de
bizcochos o de manzanas (la masa), como así también a la fuerza que hacen
estas cosas sobre una balanza (el peso). Esto a primera vista parece que
son exactamente la misma cosa, y cualquiera con sentido común me diría: ¡un
kilo de manzanas, puesto arriba de una balanza, pesa un kilo!”.
Sin embargo, según el físico, si vamos a una verdulería y compramos un kilo
de manzanas, el verdulero mide la fuerza que hacen las manzanas sobre la
balanza, es decir, el peso. “Esta fuerza es debida a la atracción
gravitatoria entre las manzanas y el planeta Tierra. Ahora bien, esa fuerza
no será la misma si la balanza la ponemos, por ejemplo, en la Luna. Esto
es, si el verdulero atiende en la Luna y pone sobre la balanza la misma
cantidad de manzanas que antes, entonces veremos que la fuerza que hacen
las manzanas sobre la balanza disminuyó y, por lo tanto, la medida que
arroja la balanza es mucho menor (unos 160 gramos). Esto significa que en
la Luna necesitamos poner unos 6 kilos de manzanas para que la balanza
marque lo mismo que un kilo pesado en la Tierra. En cualquier caso, sabemos
que un kilo de manzanas son como mínimo unas cuatro manzanas, no importa en
qué planeta las vendan. A esto lo denominamos 'masa'”.
*Verdulerías terrestres*
Urteaga, que trabaja en el Laboratorio de Optofluídica del grupo de Física
de Semiconductores del Instituto de Física del Litoral (IFIS-CONICET-UNL),
contó que otra cosa muy distinta de la masa es lo que marca la balanza,
esto es, el peso de las manzanas, una medida de fuerza. “Estas cosas se
confunden en lo cotidiano porque las verdulerías están todas en la Tierra y
ahí el peso guarda siempre la misma relación con la masa, así que con una
calibración adecuada la medida del peso da el mismo valor que la masa y un
kilo-fuerza es exactamente el peso de un kilo de manzanas. Sin embargo,
cabe mencionar que esta fuerza puede variar ligeramente con la posición en
la Tierra. Debido a que la Tierra gira, existe una pequeña fuerza
centrífuga que varía con la latitud en la que se mide. De esta manera, una
persona de 80 kilos pesa unos 50 gramos menos en el ecuador que en el polo.
Por otro lado, también existe una variación con la altura, aunque todavía
menos importante, y por ese motivo en la punta del Everest la misma persona
pesa unos 0,15 gramos menos que al nivel del mar”, destacó.
En cualquier caso, aclaró, no todas las balanzas miden una fuerza como lo
hace la balanza de la panadería. “Las balanzas de platillos (la que
sostiene la mujer vendada que representa la justicia) en realidad funciona
comparando el peso de dos masas. Al comparar dos masas que experimentan la
misma atracción gravitatoria nos independizamos de su valor particular en
ese sitio y este tipo de balanza puede usarse con tranquilidad para medir
un kilo de manzanas en la luna comparando su peso con una masa de
referencia”.
*Una masa con historia*
Pero todo tiene una historia y la de cómo se llegó a usar el kilo como
unidad de medida como la conocemos hoy comienza en el siglo XIX. En este
sentido, Urteaga expresó que históricamente la masa de referencia se tomó
como la masa de un cubo de un centímetro de lado de agua. A esta cantidad
se la denominó gramo y mil de estos cubos forman el kilogramo. “De esta
manera un litro de agua (un cubo de 10cm de lado) era inicialmente la
definición de un kilogramo. Con el tiempo, esta definición no resultó lo
suficientemente precisa y en 1889 se decidió construir un pequeño cilindro
de una aleación especial, ya que contenía 90% de platino y 10% de iridio,
de unas dimensiones tales que su masa sea lo más parecida posible a un
litro de agua. Desde ese momento se considera que la masa de ese cilindro
es la definición del kilogramo, se transformó en el kilogramo patrón para
todo el mundo y está guardado dentro de una doble campana de vidrio en la
Oficina Internacional de Pesas y Medidas, en Sèvres, Francia. A este
cilindro se lo denomina el Kilogramo Prototipo Internacional (KPI)”.
“Existen copias muy precisas del KPI que son utilizadas por diferentes
países como patrones nacionales del kilogramo. La aleación elegida para el
kilogramo patrón responde a características bastante notables de este
material. Está compuesto de metales nobles, llamados así porque no se
oxidan, de gran resistencia a la abrasión y de una densidad altísima: ¡un
litro de este material pesa más de 21 kilos! Esto permite fabricar un
cilindro muy pequeño (39.17 milímetros de alto y diámetro) de forma tal que
su superficie es mínima. Esas cualidades le confieren al cilindro una
estabilidad en el tiempo formidable”, detalló.
*Un kilo que cambia*
Cada 40 años se realiza una convención donde se reúnen todos los kilogramos
patrón del mundo y se comparan con el KPI. “El peso de estas copias ha
resultado ser muy estable en comparación con el KPI, ya que en más de 120
años las diferencias encontradas son del orden de los 50 microgramos. Esto
significa una diferencia de una parte en 20 millones. A pesar de que estas
diferencias son muy pequeñas existe una gran cantidad de trabajo de
investigación para entender de dónde provienen y como achicarlas aún más.
Por otro lado, cabe aclarar que esta estabilidad es una medida relativa
entre el KPI y sus copias, por lo que existe la posibilidad de que hayan
aumentado o disminuido de peso todas juntas, KPI incluido. No existe una
referencia a alguna masa invariable de la naturaleza con la cual pueda
compararse”, afirmó Urteaga.
En este sentido, remarcó que en el actual Sistema Internacional de Unidades
(SI), el kilogramo es el único del cual se conserva un patrón de
referencia, ya que otras unidades como el metro y el segundo son definidas
a partir de experimentos que pueden realizarse en un laboratorio sin la
necesidad de contar con un elemento patrón. “En ese caso las unidades se
definen utilizando propiedades que son constantes naturales, como la
velocidad de la luz o la frecuencia de oscilación del decaimiento de un
átomo particular. De esta manera, las definiciones quedan exentas de
variaciones con el tiempo. Esta forma de definir una unidad es muy
conveniente para realizar medidas que pueden compararse con gran precisión
en distintas parte del mundo en cualquier momento. En el caso del kilogramo
se han realizado varias propuestas para evitar tener un patrón material,
aunque hasta el momento no se ha igualado la estabilidad demostrada por el
KPI”, enfatizó.
“Una de las propuestas fue contar literalmente átomos hasta sumar la
cantidad de un kilogramo, pero si bien es conceptualmente sencilla, no ha
podido realizarse con la precisión necesaria. Por otro lado, una propuesta
que es considerada actualmente como la más adecuada para reemplazar el kilo
patrón, es la que se conoce como la balanza de Watts. La idea es construir
una balanza que mide una fuerza (el peso) utilizando patrones eléctricos
que presentan una gran estabilidad. Como dijimos, el peso depende del valor
de la atracción gravitatoria en el sitio donde se mide. Para independizarse
de este hecho en la balanza de Watts se propone medir el valor de la
aceleración que adquiere un pequeño objeto en caída libre. Esto equivale a
medir la atracción gravitatoria en el lugar donde cae el objeto. Si bien
este tipo de medidas presenta una estabilidad de tres partes en cien
millones, la balanza es muy compleja y de difícil implementación. Si bien
hay mucha investigación y desarrollo tecnológico detrás de la
implementación de una unidad de masa que no utilice un patrón material,
parece que el KPI seguirá siendo por mucho tiempo más el kilo de todos los
kilos”, finalizó Urteaga.
*Ilustración de referencia*
http://www.unl.edu.ar/noticias/news/download/15133
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