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Ciencia Ciudadana
Convertir la observación cotidiana en conocimiento científico
/La Ciencia Ciudadana es una forma de hacer ciencia en la
que la sociedad participa activamente en las distintas etapas del
proceso científico. Cuatro investigadores de la UNL y el CONICET
relatan lo significativo de la experiencia en el Día Mundial de la
Ciencia para la Paz y el Desarrollo. /
En el marco del Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo
la propuesta radica en relatar cuatro ejemplos de investigaciones de
científicos UNL-CONICET que se inscriben en lo que conocemos como
“Ciencia Ciudadana”, concepto que posee más de 30 definiciones
posibles, aunque todas coinciden en resaltar la participación activa
de la población que no se dedica profesionalmente a la ciencia.
“El valor de la ciencia ciudadana radica en incorporar,
respetar y reconocer las experiencias, vivencias y datos que aportan
las personas que viven los problemas que nosotros, normalmente, en las
universidades y centros de Investigación estudiamos”, explicó Virgina
Venturini, docente de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas
(FICH-UNL) e investigadora del CONICET y añadió: “Los desafíos que
plantea esta perspectiva es ‘mantener’ a la gente motivada porque los
tiempos de los estudios científicos no son los mismos que los de las
personas que son parte de estas iniciativas”.
“Lo más valioso de esta perspectiva es el vínculo que se
genera entre los científicos y la comunidad en general en pos de un
objetivo común. En nuestro caso, cuando los pescadores ven el valor
que tiene su conocimiento y participan directamente del proyecto
científico, se transforman en aliados para la conservación de la raya
gigante. Ellos son parte esencial del esfuerzo realizado y nos ayudan
a multiplicar el mensaje en sus comunidades”, sostuvo Diego Martín
Vazquez, investigador del Instituto Nacional de Limnología
(INALI-UNL-CONICET).
En concordancia con esta línea de pensamiento, Andrea
Previtali, docente de la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC-UNL)
e investigadora del CONICET expresó: “La Ciencia Ciudadana acerca la
investigación a la vida cotidiana y la hace más útil porque cuando la
gente que vive los problemas, en mi caso de salud pública, participan
del proceso de investigación, las soluciones que surgen suelen ser más
realistas y sostenibles”.
“Además, para los investigadores esta perspectiva es muy
valiosa porque en el diálogo de saberes comprendemos mejor el contexto
social y fortalecemos el vínculo con la comunidad”, continuó Previtali.
¿QUé ES CIENCIA CIUDADANA?
“La ciencia ciudadana es una forma de hacer ciencia
abierta y participativa, donde personas no necesariamente formadas
como científicas colaboran activamente en la generación de
conocimiento”, indicó Martín Blettler, ex investigador del Instituto
Nacional de Limnología (INALI-UNL-CONICET) y actual investigador del
Instituto de Investigación y Desarrollo en Bioingeniería y
Bioinformática (IBB; CONICET-UNER) y prosiguió: “A través de
observaciones, registros, muestreos o análisis, la ciudadanía aporta
datos valiosos que enriquecen la investigación científica y permiten
abordar problemáticas ambientales a mayor escala y con una mirada más
diversa. En esencia, democratiza el conocimiento: convierte a la
sociedad en protagonista del proceso científico, no sólo en receptora
de sus resultados”.
Es en este sentido, que la ciencia ciudadana se inscribe
en el día de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, que se conmemora
el 10 de noviembre, porque fomenta la colaboración y el conocimiento
compartido entre la sociedad y los científicos, permitiendo abordar
problemas locales y globales, promover la educación y empoderar a las
comunidades para que participen activamente en la toma de decisiones
sobre su bienestar y futuro.
Al democratizar el acceso al conocimiento y la
investigación, se pueden crear soluciones innovadoras, se promueve la
cooperación internacional y se construyen sociedades más justas y
sostenibles: “Lo más preciado de la ciencia ciudadana es su poder
transformador: convierte la observación cotidiana en conocimiento
científico y la preocupación ambiental en acción colectiva”, resaltó
Martín Blettler.
PROYECTOS EN DESARROLLO: MARCADO DE LA RAYA GIGANTE DEL RíO PARANá
“Nuestro proyecto se centra en la raya gigante, que es el
pez de agua dulce más grande del mundo que vive exclusivamente en este
tipo de ambientes, pudiendo alcanzar los 220 kg y 176 cm de ancho. A
pesar de eso, sabemos muy poco sobre su biología, y al tratarse de una
especie vulnerable y pescada frecuentemente, necesitamos más
información para lograr que el manejo y la conservación sean
efectivos”, afirmó Diego Martín Vazquez, responsable del proyecto que
cuenta con el apoyo de dos organizaciones internacionales que
son /Save Our Seas Foundation/ y /The Mohamed bin Zayed Species
Conservation Fund/.
“La propuesta se basa en marcar rayas con unas etiquetas
amarillas numeradas y luego liberarlas, para conocer el rango de sus
movimientos, así como también saber cuánto y cuán rápido crecen. Lo
hacemos en conjunto con pescadores deportivos y guías de pesca,
quienes tienen mucho conocimiento sobre los hábitos de estos animales
y los lugares que frecuentan”, destacó Vazquez.
“Hemos entrenado y equipado a muchos pescadores a lo
largo del río Paraná con aplicadores y estas marcas o etiquetas, de
manera que cuando capturan una raya, ellos mismos son quienes le
colocan la marca, además de tomar algunas medidas como el ancho de
disco y registrar el sexo. Luego, nos reportan estos datos junto con
la posición geográfica de la liberación, y fotos o videos del
marcado”, remarcó Vazquez.
“Es importante que cualquiera que se encuentre con una
raya marcada, nos contacte vía instagram a rayasderio_argentina[1]”,
enfatizó Vazquez.
“Lo que necesitamos saber es el lugar y la fecha en que
encontraron la raya, y el número que tiene la marca/etiqueta: para
simplificar la tarea se puede enviar una foto al instagram o al
Whatsapp que figura en la marca”, aclaró Vazquez.
“Es importante que no le saquen la marca porque eso nos
permitirá seguir trazando su recorrido. De esa manera, la comunidad es
protagonista en la generación de datos científicos y también en las
decisiones futuras para cuidar la especie”, destacó Vazquez.
“Proteger a la raya gigante no es una tarea que pueda
hacer una sola persona ni una institución: necesitamos que los
científicos, la comunidad y las autoridades de gestión de los recursos
pesqueros trabajen juntos. Porque cuando la ciencia se hace en equipo,
el conocimiento obtenido puede convertirse en medidas efectivas de
manejo y conservación”, finalizó Vazquez.
LEPTOSPIROSIS: UN PROBLEMA DE SALUD PúBLICA
La leptospirosis es una enfermedad que se transmite
principalmente por el contacto con agua o suelos contaminados con la
orina de roedores y otros mamíferos. La ubicación geográfica de Santa
Fe, en las cuencas de los ríos Salado y Paraná, la hace vulnerable a
desbordes e inundaciones, lo que genera un riesgo de brotes,
especialmente después de eventos de lluvias abundantes. De hecho,
Argentina ha sido catalogada como uno de los países de América Latina
con mayor alerta por brotes, siendo las provincias de Santa Fe y Entre
Ríos las que reportan anualmente el mayor número de casos y muertes.
La frecuencia e intensidad de los eventos climáticos
extremos se están acentuando debido al cambio climático, lo que
proyecta un incremento en el riesgo de epidemias de leptospirosis en
los próximos años.
"El objetivo del proyecto en Red UNL, convocatoria 2024,
titulado: "CAMBIO CLIMáTICO, INUNDACIONES Y LEPTOSPIROSIS: ESTRATEGIAS
DE PREVENCIóN BASADAS EN LA PARTICIPACIóN DE COMUNIDADES RIBEREñAS DE
SANTA FE" es evaluar la eficacia de intervenciones participativas en
comparación con intervenciones verticales tradicionales, para reducir
el impacto de las inundaciones sobre la incidencia de leptospirosis,
en base a indicadores socio ambientales y cambios en los
conocimientos, actitudes y prácticas", indicó Andrea Previtali,
directora del proyecto.
“En lugar de realizar metodologías verticalistas, el
objetivo de la propuesta es plantear la problemática junto a vecinas y
vecinos de Colastiné Sur y La Vuelta del Paraguayo a quienes les puede
interesar este tema; en un abordaje desde el conocimiento que poseen
los habitantes del territorio”, continuó Previtali.
El equipo de trabajo incluye docentes, investigadores y
estudiantes de biología, medicina, sociología, epidemiología y
bioquímica justamente porque busca un abordaje integral bajo el
concepto de "Una Salud" (relación íntima entre la salud humana,
ambiental y animal). Si te interesa esta temática puedes contactarte
con el colectivo de trabajo en ambiente y salud
en
https://www.instagram.com/cotas.sf/
“La metodología participativa incluye enfoques de Ciencia
Ciudadana, de Investigación Acción Participativa y SEPA
(Sociabilización de la Evidencia para la Acción) y se emplean análisis
estadísticos para comparar los resultados antes y después de las
intervenciones participativas y de las verticales a fin de determinar
la eficacia de las dos estrategias”, concluyó Previtali.
PROYECTOS FINALIZADOS: VEGETACIóN PARA RETENER AGUA
La retención de agua usando vegetación autóctona
contribuye a mejorar el paisaje, disminuye el escurrimiento y depura
el agua. En Argentina, varios autores analizaron el efecto del
reemplazo del monte nativo por cultivos. Estos estudios muestran que
las raíces de los árboles podrían ser un factor determinante para
mantener el nivel freático en profundidades medias históricas,
mediante la evapotranspiración.
El proyecto CAI+D Orientado a Problemas Sociales y
Productivos UNL, convocatoria 2021, titulado “SOLUCIONES BASADAS EN LA
NATURALEZA PARA LA RETENCIóN DE AGUA EN SAN JOSé DE RINCóN NORTE –
SANTA FE”, bajo la dirección de Virginia Venturini se propuso
seleccionar, diseñar y ejecutar áreas experimentales de retención de
agua, como un ejemplo de soluciones basadas en la naturaleza, que
incrementen la evapotranspiración del agua retenida, mientras que
mejoren el paisaje. Este laboratorio natural experimental incluyó la
comunicación de los riesgos de anegamiento; los beneficios de la
forestación de áreas anegables y la importancia de la co-gestión con
los vecinos.
“Si bien, es importante fomentar las soluciones basadas
en la naturaleza a los problemas de retención de agua de lluvia, hasta
el momento no se han investigado los beneficios de implementar este
tipo de soluciones en áreas suburbanas donde las calles no están
pavimentadas y el suelo es arenoso”, indicó Venturini.
“Hasta el momento no se han investigado los beneficios de
implementar este tipo de soluciones en términos del aumento de la
evapotranspiración, bio depuración de agua y mejora del paisaje.
Paralelamente se impulsó un sistema de co-gestión entre los vecinos y
las autoridades locales, intentando influir positivamente a los
habitantes e incrementar su comprensión sobre el medioambiente en el
que vive”, continuó Venturini.
MACROPLáSTICOS EN EL RíO PARANá
“El objetivo del proyecto fue documentar los impactos de
los macroplásticos sobre la fauna silvestre del Paraná y su planicie”,
sostuvo Martín Blettler y añadió “la investigación se desarrolló en
tres ciudades ribereñas (Rosario, Santa Fe y Paraná), convocando a
voluntarios que participaron en campañas de observación y registro
fotográfico. Destacó, además, que este estudio fue producido
íntegramente en INALI-UNL-CONICET.
“Tras una capacitación inicial, los participantes
realizaron “safaris fotográficos” a pie, en bicicleta o en kayak,
registrando casos de animales interactuando con residuos plásticos
(enredos, utilización de residuos, atrapamientos, etc.) de aves,
peces, reptiles, mamíferos e invertebrados. A partir de sus aportes,
creamos una base de datos de más de 100 casos confirmados de
interacción fauna–plástico, la primera evidencia sistemática de este
tipo en ecosistemas continentales sudamericanos”, continuó Blettler.
“Este proyecto se inscribe en ciencia ciudadana porque la
colecta de datos fue realizada por la comunidad, con acompañamiento
científico en el diseño, verificación y análisis. Además, la
experiencia tuvo un fuerte componente educativo y de sensibilización
ambiental, fortaleciendo la conexión entre investigación, ciudadanía y
gestión local de los residuos. Fue una demostración concreta de cómo
la colaboración social puede generar conocimiento científico relevante
y al mismo tiempo promover cambios culturales hacia una relación más
responsable con el ambiente”, destacó Blettler.
Descarga de material audiovisual con declaraciones
del secretario general de Andrea Previtali, docente de la Facultad de
Humanidades y Ciencias (FHUC-UNL) e investigadora del CONICET y
de Diego Martín Vazquez, investigador del Instituto Nacional de
Limnología (INALI-UNL-CONICET):
https://wetransfer.com/downloads/4b60c2e9f43e2910e9d550270faf64da20251110...
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